Abstract
La obesidad abdominal en México representa un problema en la salud pública, ya que está vinculada no sólo al desarrollo de las ya conocidas enfermedades crónicas -diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemias, etc.- sino también con alteraciones en la composición corporal y trastornos de la motilidad intestinal. La primera línea de tratamiento son cambios en el estilo de vida, dentro de los cuales, es posible incluir alimentos funcionales tales como el maíz y frijol. De éstos, la variedad chapalote y ayocote, respectivamente, presentan un alto contenido de antocianinas, mismas que han sido asociadas a efectos fisiológicos moduladores de las rutas metabólicas asociadas a la composición corporal y la motilidad gastrointestinal (GI).